lunes, 18 de febrero de 2013

Los destacados del terroir


Resumido en las diez grandes etiquetas que están marcando el rumbo del vino argentino, este recorrido nace en los tintos clásicos, pasa por las cepas dulces y suma también a un espumante soberbio.
Hace ya un buen tiempo, la Argentina busca ir más allá de la tradicional Malbec, emblema nacional. 
El mundo del vino tiene sus tendencias, al igual que otros sectores del consumo, y los viñedos locales cuentan con la experiencia necesaria para competir en varias categorías. 
Quienes tengan paladares intrépidos pueden seguir el siguiente decálogo, que presenta una selección de etiquetas que está marcando el rumbo de la producción nacional.

La consagración de la Bonarda: 
Durigutti Reserva Bonarda 2010

Con un pasado de favorita de los argentinos, la Bonarda esta lista para abandonar su imagen de cepa sencilla y demostrar su talento en las grandes ligas. Varias etiquetas así lo demuestran luego de la aparición de las primeras Bonarda Premium del mercado, un camino iniciado por Nieto Senetiner hace ya una década. Entre los enólogos que más la conocen se encuentran los hermanos Héctor y Pablo Durigutti, quienes logran un up grade para su tinto clásico en un vino que convierte la sencillez de la uva en su principal virtud, una suerte de Cenicienta de para la enología.

La búsqueda constante del Malbec:
Aluvional La Consulta 2008

Recomendar un Malbec se convirtió en tarea compleja. Sucede que la cepa insignia del país transita el camino de la diversidad del terroir, algo que se convirtió en mandato para enólogos como Sebastián Zuccardi. Por eso, a la hora de elegir una etiqueta es importante conocer su origen y cuáles son las características de la región. Bajo esta filosofía nació este vino, un Malbec ciento por ciento de La Consulta, que resume la identidad del Valle de Uco. Zuccardi la interpreta y la embotella para compartirla con el público. Queda claro que el futuro del Malbec está en su origen, pero más aún en el entusiasmo de sus hacedores por descubrir sus facetas.

El candidato: 
Riglos Gran Cabernet Franc 2010
No es nuevo el rol protagónico que ha tomado desde hace un tiempo el Cabernet Franc en la Argentina. Lo novedoso es esta etiqueta que embotelló el “Pulqui” Rodríguez Villa con la cosecha 2010 del viñedo que posee su bodega en Gualtallary. Allí donde los vinos siempre nacen ricos el Franc 2010 logra una madurez plena sin resignar acidez ni tensión. De modo que este tinto combina buena sustancia con una frescura justa y una gran personalidad, algo que reafirma el potencial de la cepa en suelo cuyano y que convenció a muchos otros para que apostaran por este gran candidato.

El menos pensado:
Iscay Syrah Viognier 2010
Daniel Pi, wine maker principal de Trapiche, es un enólogo inquieto que no cree en los límites y disfruta creando nuevos vinos. Hace dos años decidió dar vida a un gran Syrah cuando la cepa parecía haber sido sólo una moda pasajera por estas latitudes. Lo elaboró junto a su colega estadounidense Joey Tansley, todo un experto. Ese fue el camino para que surgiera este vino enorme, que deja en clara evidencia que nuestro país todavía es un tapiz en blanco y, tal como opina Pi, no hay límites a la hora de crear.

Camino a la coronación:
Ramanegra Chardonnay 2010

Es común escuchar que la Argentina es un país de tintos, algo que se fundamenta por su clima cálido para la viticultura y las preferencias de sus habitantes por los vinos de color. Pero el trabajo de los expertos demuestra que existe el potencial para grandes blancos. Basta con buscar esta creación producto de la dupla entre Alejandro Sejanovich y Bernardo Bossi, para dejarse seducir por la frescura y el buen nervio del Chardonnay. El roble es sólo un condimento más en una sinfonía de aromas y sabores que ayudan a entender por que esta cepa es la reina blanca y está buscando su corona también en suelo mendocino.

Desafiando límites:
Zorzal Terroir Único Sauvignon Blanc 2012

Es una uva que sorprende año tras año en nuestro país. El elemento clave, sin duda, es la apuesta por el terruño fresco y singular del Valle de Uco, que cambió para siempre la escena de los blancos en el país. Los hermanos Michelini, Juan Pablo y Matías, conocidos por su expertise para crear vinos frescos, tensos y expresivos, encontró la esencia del Sauvignon Blanc en los suelos de Gualtallary, la meca de Uco. Es un blanco versátil, fácil de beber, que no pierde carácter. Un resultado redondo que llegó para definir el rumbo de esta cepa.

El arte de sumar:
El Gran Enemigo 2008

Hace más de una década que los varietales dominan la oferta en el país y, con un Malbec consolidado, muchos aseguran que llego la hora de poner en valor la destreza enológica local en los vinos de corte, aquellos elaborados con más de una cepa. Alejandro Vigil, enólogo principal de Catena Zapata, parece haber tomado nota hace ya unos años. Presentó este blend de altura de 2008, con base de Cabernet Franc y aportes de Malbec y Petit Verdot. La combinación por momentos lleva al paladar a una dimensión donde la elegancia y las sutilezas se apoderan tras cada sorbo. Una obra que delata la pericia local a la hora crear grandes tintos.

Uno que pide volver:
Patritti Merlot 2009

Con un pasado de grande, el Merlot quiere volver a los primeros puestos luego de haber sido opacado por el suceso del Malbec. Gracias al entusiasmo y la confianza de algunos enólogos, el Merlot parece despertar de su siesta con ganas de recuperar terreno. Y esta tendencia hace punta en la Patagonia, más precisamente en Neuquén. Sacando provecho de su terroir, algo más fresco que el cuyano, Bodega Patritti alcanza una expresión varietal impecable en esta etiqueta. La buena crianza condiciona la elegancia y el carácter de un vino que redefine a estos tintos e invita a merlotear.

Dulces Burbujas:

Chandon Délice

Desde su lanzamiento, este espumante ha dado mucho que hablar. La bodega que es sinónimo de brindis propone descontracturar el consumo y ya son 30 las etiquetas que siguen su camino. Es un momento de quiebre que sella como trendy el consumo de las refrescantes burbujas dulces y sugiere acompañarlas con frutas, hierbas y hasta con hielo. La formula elegida por Chandon es un assamblage base de Chardonnay y Pinot Noir, con un agregado de licor de expedición, compuesto por un vino Semillón y Petit Manseng de cosecha tardía, que sella su estilo único. La clave, beberlo como cada uno prefiera.

El sorbo más dulce:
Salentein Single Vineyard Late Harvest 2010

Los vinos dulces se convirtieron en una de las categorías favoritas de los consumidores por estos días. Este auge por estas bebidas que también se consumen de postre se debe a que, finalmente, la industria encontró terruños adecuados que permiten equilibrar su dulzura con la acidez justa. De este modo, no resultan empalagosos sino placenteros y frescos. Pepe Galante, enólogo de Salentein y creador de este elixir, logra resumir en la botella la acidez fresca y vibrante de un viñedo a 1.235 metros de altura en el Valle de Uco. De la mano de su juicio enológico, se convierte en este tardío que por momentos recuerda a los vino dulces más excepcionales del planeta. Ideal para dejarse seducir.

Fuente: www.lanacion.com.ar

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